LA FALTA DE PERDÓN

CAPITULO 3

LA FALTA DE PERDÓN

Hoy día, uno de los mayores problemas del cuerpo de Cristo, es la falta de perdón. Esto trae, como consecuencia, que los creyentes heridos, a Su vez, hieran a otros. 

La falta de perdón es una puerta abierta al enemigo para destruir nuestra vida espiritual, emocional y física. 

¿QUÉ ES PERDONAR? 

Perdonar es liberar o dejar ir a una persona que nos ha ofendido. 

Es soltar a la persona que nos causó daño, es cancelar una deuda pendiente que alguien tiene con uno; 

Es tomar la decisión de perdonar como un acto de voluntad y no basado en emociones. 

<Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas». Mateo 18.35 

¿QUÉ NO ES PERDONAR? 

Esforzarse por olvidar lo que pasó, negar la ofensa recibida, pretender que el tiempo borre lo ocurrido, Ignorar lo que pasó y tratar de olvidar, o simplemente disculpando al ofensor. 

No perdonar es decir: "te perdono", pero sin haber perdonado de todo corazón. 

El perdonar no es una alternativa, sino un mandato del Señor. 

«Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial». Mateo 6.14 

LA FALTA DE PERDÓN ES UNA CARNADA DEL ENEMIGO. 

«Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar, ¡Ay del mundo por los tropiezos!. Porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!» Mateo 18.6, 7 

Jesucristo habló de que era necesario que las ofensas vinieran. 

La palabra ofensa es una palabra muy especial y proviene del griego "skándalon" que significa trampa o carnada. 

Esta palabra fue utilizada en la antigüedad para describir lo que era un vástago curvado, una vara flexible con una carnada que se usaba para cazar animales. 

En otras palabras, cada vez que alguien le ofende o le hiere, le está tendiendo una trampa o una carnada del enemigo para que se amargue y pierda su bendición. 

Nosotros los creyentes debemos aprender a cubrir las ofensas, y esto se logra, por medio del amor. 

El amor cubre multitud de pecados. Recuerde que, cuando se siente ofendido, no necesariamente el problema es la otra persona, sino usted mismo. 

¿CUÁL ES LA RAÍZ DE LA OFENSA? 

...La Inseguridad y La Inmadurez. 

Esto causa que los individuos se ofendan fácilmente y todo lo tomen de forma personal. 

LAS CONSECUENCIAS DE NO PERDONAR 

ES DESOBEDIENCIA A DIOS. 

El perdón es un acto de nuestra voluntad. 

Decidimos perdonar porque es un mandato de Dios. 

Si no perdonamos, no seremos perdonados. 

«Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados. 14Él anuló el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, y la quitó de en medio clavándola en la cruz». Colosenses 2.13, 14 

EL ENEMIGO TOMA VENTAJA EN NUESTRA VIDA. 

La falta de perdón es una puerta abierta al enemigo, que destruye nuestro hogar, nuestras finanzas, nuestra salud y otros. 

«...Porque ¿quién de entre los hombres conoce las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Del mismo modo, nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios». 1 Corintios 2.11 

«...Ni deis lugar al diablo». Efesios 4.27


«Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores». Mateo 6.12 

Muchas personas no saben perdonar porque ellos mismos no han perdonado su pasado. 

Por eso, es necesario entender que Dios perdona al que se arrepiente. 

NUESTRAS ORACIONES SON ESTORBADAS. 

La falta de perdón corta la comunión con Dios y su presencia no fluye en nosotros. 

«Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas». Marcos 11.25 

Jesús nos exhorta a dejar lo que hacemos para arreglar primero nuestras cuentas pendientes con la persona que nos ofendió. 

DIOS NO RECIBE NUESTRAS OFRENDAS. 

Toda ofrenda a Dios es un sacrificio vivo, y Dios no puede recibir un sacrificio que viene de un corazón con falta de perdón. 

Esto viene a ser abominable delante de sus ojos. 

Algunos creyentes se preguntan por qué no prosperan si siempre diezman y ofrendan. 

Analice su vida y verifique si hay falta de perdón en contra de alguien.

«Por tanto, si traes tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti...» Mateo 5.23 

DIOS NOS ENTREGARÁ A LOS VERDUGOS (demonios). 

La falta de perdón es uno de los mayores atrayentes para los demonios. 

Cada vez que los demonios le recuerden lo que la persona ofensora le hizo, lo harán para torturar su mente. 

En el idioma griego, la palabra verdugos significa "atormentadores", que no son otra cosa que los demonios. 

Si Dios le entrega a ellos, Él es el único que puede librarle. 

No se deje torturar más, ahora que usted conoce el plan del enemigo, sencillamente, no lo acepte, use su autoridad en Cristo Jesús. 

«Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas». Mateo 18.35 

LA FE ES ANULADA. 

Es imposible creer a Dios cuando estamos heridos. 

De una sola fuente no puede fluir fe y resentimiento al mismo tiempo. 

Por mucho que se esfuerce, crea la Palabra o la confiese, su corazón no puede actuar en fe. 

La falta de perdón bloquea su corazón y no le deja creer.

EL AMOR SERÁ ANULADO. 

La falta de perdón corta el fluir del amor de Dios en nosotros; 

No se puede amar y odiar al mismo tiempo. 

Por eso, en una relación, si no se sanan las heridas, no fluirá el amor de Dios en su plenitud. 

Algunas veces, usted escucha decir a ciertos cónyuges: "ya no le amo más", y no es que no le ama, sino que le ha herido tanto que esa falta de perdón cubre el amor que le pueda tener. 

La persona que no perdona siempre será un perdedor, y las mayores heridas no se las causará a otras personas sino a sí mismo. 

DIOS NO NOS PERDONA 

Si no perdonamos a aquellos que nos ofenden, tampoco Dios nos perdonará. 

El Señor nos lleva contra la pared a tal grado que si no perdonamos, Él tampoco nos perdona. 

Dios nos puede pasar algunas faltas, especialmente cuando somos inmaduros, pero Él nunca nos deja pasar la falta de perdón. 

«En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños». Mateo 11.25

NIVELES DE CONSECUENCIAS SI NO PERDONAMOS 

La falta de perdón nos lleva al resentimiento. 

Éste, a su vez, nos lleva a las raíces de amargura y al odio, produciendo una cauterización de la conciencia. 

¿CÓMO PERDONAR Y OLVIDAR? 

Dios perdona y olvida. Dios tiene la capacidad de poder borrar de su memoria las cosas del pasado, pero nosotros los humanos no tenemos esa capacidad; 

Por esa razón, Dios tiene que lidiar con nuestro corazón. 

Sí, podemos recordar lo que nos han hecho, pero si hemos perdonado de verdad, ya no nos causará dolor. 

Olvidar para nosotros significa no dar importancia a lo sucedido. 

PASOS PARA PERDONAR 

1. Tome una decisión de perdonar con todo su corazón. 

Recuerde que si usted espera sentir algo para perdonar, nunca lo va sentir. 

El perdón no se basa en sentimientos, sino en un compromiso de obedecer a Dios y a su Palabra. 

«Así también mi Padre celestial hará con vosotros, si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas». Mateo 18.35

2. Haga una lista de personas y cosas que lo han herido durante toda su vida. 

3. Arrepiéntase por guardar esta falta de perdón en su corazón y por el pecado de juicio. 

La palabra de Dios nos ordena desechar todo resentimiento, amargura, odio y reconocer la falta de perdón hacia otros. 

4. Exprese su perdón en forma verbal. 

«Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho». Santiago 5.16 

5. Renuncie a todo espíritu de resentimiento, amargura, odio y falta de perdón. 

Confiese su perdón a cada una de las personas, especificando las razones por las cuales tiene que perdonarlos. 

Usted puede y debe perdonar. 

HÁGALO REPITIENDO EN VOZ ALTA Y CON TODO SU CORAZÓN: 

"Señor: Yo perdono a (nombre de la persona). 

Le perdono por: (nombre aquí detalladamente todas las heridas y el dolor que le causaron y cómo le hicieron sentirse)".

Después de haber perdonado a cada persona, por cada recuerdo doloroso, por cada herida recibida, entonces termine con esto: 

"Señor: Yo te entrego a todas estas personas y mi derecho a buscar venganza contra ellos. 

Opto por no aferrarme a mi amargura ni a mi enojo. 

Te pido, Espíritu Santo, que sanes mis emociones dañadas. 

Te lo pido en el nombre de Jesús. 

¡Amén!" 

ALGUNAS PREGUNTAS ACERCA DEL PERDÓN: 

1. ¿CÓMO SABER SI HEMOS PERDONADO? 

Cuando al recordar lo que nos hicieron, ya no nos duele más. 

Recordamos, pero ya no hay dolor en nosotros. 

2. ¿QUÉ HAY QUE HACER CON AQUELLOS QUE NO ACEPTAN NUESTRO PERDÓN? 

Una vez que le hayamos pedido perdón, de ahí en adelante, si la persona no quiere perdonar, ya es problema entre ella y Dios. 

Lo único que se puede hacer es orar. 

3. ¿QUÉ HACER CON AQUELLOS QUE NOS OFENDEN CONSTANTEMENTE? 

Perdonarlos todas las veces que sea necesario. Jesús dijo: "70 veces siete". 

Luego, debemos tratar no visitar a esas personas para evitar ser lastimado una y otra vez.

“Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete”. Mateo 18:21,22

Recordemos que el perdón es una forma de vida, pero el hecho de que perdonamos no significa que tengamos que ser amigos íntimos.

Si una persona nos lastima continuamente, puede ser mejor mantener nuestra distancia, si es posible.

Tenga en cuenta que el mantener esta distancia o separación con el fin de evitar que se duele una y otra vez, la separación debe hacerse con amor.

Los que más amamos  suelen ser los que más nos lastiman porque son los que están más cercanos a nosotros.

Nunca olvides que en este mundo, de alguna manera u otra, estaremos heridos.

Debemos aprender y olvidar, y mientras seguimos este principio, maduremos en las cosas de Dios.

No olvidemos los pasos que debemos dar para permanecer decididos a practicar el perdón,  y hagamos que forme parte de nuestra vida cotidiana. 

Sin dudar que siempre saldremos victoriosos en el nombre que esta sobre todos los nombres, JESUCRISTO.

(En el capítulo  16 veremos los pasos Cómo recibir Liberación)

¿QUIERES QUE JESÚS TE AYUDE DE HOY EN ADELANTE?

Repite esta oración en voz alta:

"PADRE CELESTIAL: 

Yo reconozco que soy un pecador, y que mi pecado me separa de ti. 

Hoy creo con mi corazón y confieso con mi boca que Jesús es el Hijo de Dios, 

Que Él murió por mí en la cruz, y que Dios el Padre lo resucitó de entre los muertos. 


Te pido perdón y me arrepiento de todos mis pecados. (Nómbralos). 


Renuncio a todo pacto con el mundo, con la carne y con el diablo, 

Y hago un pacto nuevo contigo Jesús, 
Para amarte y servirte cada día de mi vida. 


Jesús, entra a mi corazón y cambia mi vida. 


Si hoy muriera, al abrir mis ojos, sé que estaré en tus brazos. 

¡AMÉN!

(El decir Jesucristo es tu Señor significa que tú ahora estás haciendo a Jesús el amo o dueño de tu vida) 


Ahora lee tu Biblia diariamente y obedece lo que lees. 


¿QUÉ DEBES LEER? 


Sugerimos que comiences con el libro de “San Juan” 

Y después lee el libro de “Romanos.” 


Lo que sea que decidas leer, asegúrate de leer todos los días.

¡DIOS NUNCA TE ABANDONARÁ!

Texto extraído del libro:
SANIDAD INTERIOR Y LIBERACIÓN
Guillermo Maldonado

www.elreyjesus.org

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